CHILE « No son 30 pesos, son 30 años »
La irrupción de trabajadores y jóvenes ha abierto una crisis revolucionaria. « No son 30 pesos, son 30 años », (el aumento en el precio del boleto de Metro -ndlr), son 30 años que rechazamos, dicen millones de trabajadores y jóvenes. Treinta años, es el período durante el cual, después del final de la dictadura de Pinochet, todos los partidos, incluida la « izquierda », han aceptado el mantenimiento de las instituciones de la dictadura, comenzando con la Constitución de 1980. Instituciones que han permitido la implementación de los planes del Fondo Monetario Internacional. Nuestros corresponsales de la Alianza de Trabajadores y Estudiantes dan parte de sus reflexiones.
La irrupción de los bachilleres
Cuando el gobierno del presidente Piñera anuncia el aumento del precio del boleto del metro, fueron los bachilleres de Santiago (la capital) los que salieron al combate. Llaman a los usuarios a no pagar. La administración del Metro usa a los carabineros para prevenir el fraude. Los bachilleres invaden masivamente las estaciones, desbordando las fuerzas de carabineros. El sindicato de trabajadores del Metro decide no trabajar en esas condiciones y denuncia el alza. Una mayor parte de los trabajadores que utilizan el Metro acatan la consigna de evasión del pago del billete. El 17 de octubre ya la movilización está en marcha. No es convocada porninguna organización de los trabajadores. Son los bachilleres que hanjalado a la población de Santiago.
El llamado a la huelga general
El 18 de octubre se extiende la movilización. El gobierno decreta el estado de emergencia. La represión provoca más de 20 personas muertas y cientos de heridos. Finalmente, el 22 de octubre, varias organizaciones constituyen la coalición UNIDAD SOCIAL llamando a la huelga general a partir del 22 y 23 de octubre. Entre ellas la CUT, (Central Única de Trabajadores, dirigida conjuntamente por el Partido Comunista y la Democracia Cristiana), el Colegio de Profesores, la Confusam (Federación Autónoma de Sindicatos de la Salud) y la Coordinación « NO AFP » (contra el sistema de fondo de pensiones heredado de la dictadura). El llamado exige la renuncia del presidente Piñera, el levantamiento del estado de emergencia y el regreso de los militares a sus cuarteles, así como la convocatoria inmediata de una Asamblea Nacional Constituyente. Cientos de miles responden a este llamado mientras el gobierno refuerza el estado de emergencia. La movilización de las masas, no obedece a ninguna consigna, se desarrolla, llegando incluso a las aldeas más remotas del país.
¿Soberanía popular o « diálogo » con Piñera?
La dirección del Partido Socialista propone apelar a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, sin siquiera pedir el levantamiento del estado de emergencia. Los del Partido Comunista y el Frente Amplio (formados hace unos años sobre el modelo de Podemos en España) están de acuerdo en la necesidad de « diálogo » con el gobierno. Todos los grupos parlamentarios en el Senado piden una « salida de la crisis » a través de un referéndum según lo dispuesto por la Constitución … ¡heredada de Pinochet y que no obstante son millones los que la rechazan!
Los trabajadores entran en movimiento
Los trabajadores del astillero, a pesar de la división sindical, se encuentran entre los primeros en movilizarse, imponiendo la unidad a las organizaciones en una marcha unida para llegar a la capital. En las minas de cobre, -sector clave de la economía-, mientras los sindicatos llaman a unirse a la movilización, el presidente de la federación, junto con el gobierno, está apelando a lo contrario. Los sindicatos exigen la renuncia colectiva de toda la dirección. El Colegio de Profesores, organización sindical de enseñantes, ya está involucrado en un conflicto en defensa de la escuela pública, lo que atrae una simpatía real de amplios sectores de la población.
Las asambleas populares
Las asambleas populares se forman en los barrios. Los militantes de la Alianza de los Trabajadores y estudiantes participan en sus barrios; también hay asambleas en algunas empresas. Agrupan a capas muy amplias de la población, a veces con un aspecto un tanto caótico porque todos quieren hablar. Las reivindicaciones que allí son expresadas son: terminar con la Constitución, la Asamblea Constituyente, la salida del gobierno, etc. Por nuestra parte, afirmamos que con el gobierno actual las reivindicaciones sociales y democráticas no pueden ser satisfechas. Nosotros planteamos entonces el punto de la organización de estas asambleas y su coordinación a nivel local, regional y nacional.
« ¡Huelga general! ¡Asamblea Constituyente Soberana, ahora! »
En las últimas 48 horas, ni los líderes de la coalición de la Unidad Social ni los del PC y el Frente amplio han solicitado la partida de Piñera. En un folleto distribuido el 4 de noviembre, la Alianza de Trabajadores y Estudiantes concluía planteando: « Nuestras reivindicaciones sólo pueden ser satisfechas en beneficio de la mayoría con la condición de que sea establecido otro tipo de gobierno, del pueblo y para el pueblo, representado por una ASAMBLEA CONSTITUYENTE SOBERANA (…) La juventud tuvo el honor de emprender la lucha en nombre de todos, mostrando su valor y su conciencia. Ha llegado la hora de que los trabajadores entren en escena, con toda la fuerza que le da su capacidad para bloquear los medios de producción y servicios. Desde las minas hasta el puerto más pequeño, todo debe estar paralizado. La coalición de la Unidad Social debe convocar la HUELGA GENERAL ILIMITADA hasta que se establezca la soberanía popular. No son los rentistas, los grupos económicos, los especuladores, los ladrones y los parásitos que viven de nuestro trabajo que crea la riqueza: ¡SON LOS TRABAJADORES! ¡Unidad de acción! ¡Asamblea Constituyente Soberana ahora! «
Santiago, Chile, 4 de noviembre, 20 horas.
Pie de foto
25 de octubre: un millón de manifestantes. En las banderolas: « ¡Huelga general!” « ¡Asamblea Constituyente Libre y Soberana