URGENT

IRÁN Las manifestaciones se radicalizan
Correspondencia de un activista de la Organización Marxista (Irán) 

Estudiantes en Teherán, 20 de septiembre: “Querida Jina (segundo nombre de Mahsa), no estás muerta. Tu nombre se ha convertido en nuestro símbolo » « ¡No queremos morir! »

Irán ha recaído en el caos y la agitación. Este estallido no es inusual en la situación de los últimos años y, una vez más, las calles de las grandes ciudades se han convertido en un campo de batalla en el que participan los que están hartos del régimen teocrático, que quieren luchar contra la tiranía de los mulás que se han apoderado del país durante las últimas cuatro décadas. 

La última serie de disturbios fue desencadenada por la muerte de una joven kurda, Mahsa Amini, que fue detenida por la conocida « policía de la moral ». Fue hospitalizada tras caer en coma, evidentemente después de ser golpeada durante su detención. 

La última de una larga serie de violencias contra las mujeres 

Este asesinato es el último de una larga serie de actos de violencia contra las mujeres, que son brutalmente abusadas y maltratadas por las fuerzas policiales que aplican un código de vestimenta arbitrario impuesto a las mujeres iraníes, uno de los cuales exige que las mujeres se cubran el pelo con el velo obligatorio. 

La ley, que entró en vigor casi un año después de la revolución islámica de 1979, ha sido un punto de discordia constante entre el régimen y las mujeres, una discordia que se ha intensificado con los años. Pero es la primera vez en décadas que está en el centro del conflicto entre el pueblo y el gobierno. Personas de toda condición se están amotinando en muchas ciudades y el fuego se ha extendido a algunos círculos religiosos que ven su fe secuestrada y manipulada por el gobierno. 

Las manifestaciones se radicalizan y se dirigen al régimen 

Como en todos los incidentes similares ocurridos en Irán a lo largo de los años, las protestas se radicalizaron rápidamente, apuntando al régimen y su legitimidad, así como a su tirano, el ayatolá y sus amigos corruptos. En un país que no ha habido elecciones libres desde hace más de cuarenta años, que está gobernado por un déspota religioso reaccionario y una banda de corruptos, un país cuya economía está en ruinas debido a años de nepotismo y corrupción rampante, todo ello agravado por las sanciones internacionales, cualquier manifestación puede convertirse fácilmente en un enfrentamiento a gran escala, como ocurre hoy día. 

Además, los grupos de la oposición kurda, presentes en masa en el funeral de Mahsa, han llamado a la resistencia y a la huelga. Los informes indican que al menos ocho personas han muerto hasta ahora en los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los amotinados. 

Los sindicatos apoyaron a los manifestantes 

Isfahan, Shiraz, Teherán y en casi todas las grandes ciudades de Irán ha habido manifestaciones similares, denunciando la muerte de la joven y los años de opresión del régimen. Varios sindicatos de trabajadores, entre ellos el de enseñantes, apoyaron a los manifestantes y el derecho de las mujeres a elegir libremente su vestimenta. 

¿Esta serie de protestas será aplastada por la represión gubernamental o dará lugar a un movimiento más importante? La ira y el descontento de la población contribuyen sin duda a la esperanza de que este movimiento crezca contra el régimen. Pero la falta de dirección y de organización de los manifestantes hace más probable que, como las anteriores, esta llama se apague por la brutal represión de un régimen que no duda en abrir fuego contra sus propios ciudadanos. 

Un militante de la Organización Marxista de Irán, 

21 de septiembre de 2022 

Puntos de referencia

El 13 de septiembre, Mahsa Amini, de 22 años, una joven del Kurdistán (en el noroeste de Irán) que visitaba a sus padres en Teherán, fue detenida por la « policía de la moral », que la acusó de llevar el velo de forma incorrecta. Cayó en coma durante su detención, fue hospitalizada y murió el 16 de septiembre. Los días 17 y 18 de septiembre se produjeron manifestaciones de protesta en la provincia de Kurdistán, que al día siguiente quedó paralizada por una huelga general. El 19 de septiembre comenzaron las manifestaciones en Teherán, especialmente en las universidades, y se extendieron una a una a las principales ciudades de Irán, con una fuerte participación de mujeres, pero también de hombres.