Comunicado del Partido Obrero Independiente Democrático (POID, Francia)
La organización lamenta con emoción los cientos de víctimas civiles, en particular los jóvenes y niños brutalmente arrancados de la vida en Israel y Gaza.
El 7 de octubre fue franqueada una etapa se alcanzó un hito. « Esto es la guerra », proclamó inmediatamente el primer ministro israelí Netanyahu. ¿Es necesario recordar que la guerra no comenzó el 7 de octubre de 2023? Hace setenta y cinco años que ella devasta la región.
Desde hace setenta y cinco años, el pueblo palestino fue expulsado de su tierra, expulsado de sus pueblos, sus hogares han sido destruidos. Durante setenta y cinco años se le ha negado el derecho al retorno y se ha enfrentado a una colonización que devora cada vez más tierras palestinas. Sometido a un auténtico régimen de apartheid de discriminación, de opresión y de humillación, nunca ha dejado de resistir y luchar.
Hoy, dirigentes de todas las partes piden a la ONU que allane el camino hacia una « paz justa y duradera ». ¿Podemos olvidar que, desde 1947 hasta hoy, la ONU ha estado detrás de todos los planes de partición – incluidos los de la llamada solución de los dos Estados – que nunca han conducido a otra cosa sino a la agravación de la difícil situación del pueblo palestino? La ONU no puede ser a la vez la raíz del mal y su remedio.
En el momento en que se redacta este comunicado de prensa, la escalada de la guerra se acelera. Biden, el presidente estadounidense está enviando a su Armada a navegar frente a las costas de Gaza. El gobierno israelí acaba de decretar el bloqueo total de Gaza, con el objetivo de matar de hambre a sus dos millones de habitantes.
El POID reafirma su compromiso incondicional con la paz. Como defensor del derecho de todos los pueblos a la libertad, a la soberanía y a la independencia, se solidariza con la legítima aspiración del pueblo palestino a vivir libre en la tierra de sus ancestros. Para que las palabras « paz justa y duradera » adquieran un significado real, todos los habitantes actuales de la tierra de Palestina – los que viven dentro de las fronteras del Estado de Israel, en Cisjordania y Gaza – deben poder compartir la misma ciudadanía y los mismos derechos, sea cual sea su origen, cultura, lengua o religión, árabe o judía.
Y que vengan a decir que esto es una utopía. La peor utopía sangrienta es la que, durante setenta y cinco años, ha perpetuado la situación de opresión e injusticia impuesta a un pueblo privado de los derechos en principio reconocidos a todos los pueblos. La trágica situación que se desencadenó el 7 de octubre es una prueba más de ello.
El Buró Nacional, lunes 9 de octubre de 2023, 16 horas