URGENT

RUANDA El secreto a voces del Informe Duclert

Entrevista con Paul Nkunzimana, presidente de honor del Partido de los Trabajadores y de la Democracia (PTD) de Burundi, autor del libro Contribución al estudio de la prehistoria y la historia social de la África de los Grandes Lagos y la África Oriental (Éditions du travail, 2019).

En 1994, en pocos meses, un millón de ruandeses fueron masacrados por grupos armados. Veintisiete años después, el presidente de la « Comisión sobre el genocidio ruandés », Vincent Duclert (1), considera que Francia tiene una « responsabilidad innegable ». ¿Es esto un descubrimiento?

La gran prensa « descubre », con este Informe, encargado por Macron, y hecho público el 26 de marzo, que Francia tiene « pesadas y abrumadoras responsabilidades » en el genocidio de 1994. Sin embargo, el Informe afirma que « no se ha demostrado » que Francia fuera « cómplice » del genocidio. En realidad, el papel del imperialismo francés en este genocidio y sus motivos se conocen desde 1994, no era necesario esperar a la « desclasificación » de los documentos del Elíseo (2). Cuando el FPR (Frente Patriótico Ruandés) lanzó su ofensiva militar desde Uganda el 1 de octubre de 1990, Francia organizó la denominada operación militar Noroît: oficialmente, el objetivo era evacuar a los ciudadanos franceses, pero en realidad, la misión Noroît tenía como tarea supervisar a los militares ruandeses y a su personal. Francia sobre armo a las Fuerzas Armadas Ruandesas (FAR) inmediatamente después del inicio de la guerra en octubre de 1990.

El apoyo militar francés a los ruandeses fue infalible, a pesar de que una parte del régimen hutu* se radicalizaba y organizaba milicias. Durante el genocidio, el 8 de abril de 1994, Francia lanzó la operación militar Amaryllis, que supuestamente debía ser una « operación de evacuación de franceses, europeos y africanos », pero actuó de forma selectiva. Los trabajadores tutsis de las embajadas y de las organizaciones internacionales fueron entregados a los genocidas. Por lo que respecta a las fuerzas francesas, la UNAMIR (3), nunca impidió el genocidio. Por último, la Operación francesa denominada Turquoise, sólo pretendía garantizar la retirada de las fuerzas genocidas hacia el Zaire (actual República Democrática del Congo), tras la masacre de tutsis en Bisesero del 27 al 30 de junio de 1994.

Y hoy, ¿la injerencia de Francia y las demás potencias imperialistas ha cesado?

En la región (y en particular en Ruanda y Burundi), desde principios de los años setenta, Francia logró suplantar a la antigua potencia colonial, Bélgica. Francia y las demás potencias imperialistas y sus instituciones nunca han abandonado el país. Los Estados Unidos, Bélgica, la ONU… han enviado a Ruanda « dis- culpas » por no haber detenido el genocidio y la mayoría de estas potencias han admitido incluso haber estado al tanto de los preparativos de esta catástrofe.

La injerencia de las grandes potencias continúa, tanto en forma militar como económica. El Banco Mundial, por ejemplo, pide aún más privatización en Ruanda en 2020: « La desaceleración económica de 2016 y 2017 puso de manifiesto los límites de un modelo de crecimiento dirigido por el sector público. En el futuro, el sector privado desempeñará un papel más importante en el crecimiento económico. « 

Para facilitar las privatizaciones y el pago de la deuda externa, el imperialismo mantiene a las FDLR (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, un remanente de las fuerzas genocidas) y al FLN (Frente de Liberación Nacional) con base en los países vecinos y que a menudo realizan incursiones asesinas en Ruanda. Por el bien de los pueblos de la región y más allá, es más urgente que nunca romper con el imperialismo y sus instituciones y sus políticas devastadoras.

(*) Recordemos, como explica Paul Nkunzimana en su libro, que la división « étnica » entre hutus, tutsis y twa es artificial y fue introducida en su momento por el colonizador belga.

Nota de la traducción:

(1) Vincent Duclert, autor del Informe de la Comisión de investigación en los archivos relativos a Ruanda y al genocidio de los Tutsi (1990 – 1994), entregado al Emmanuel Macron, presidente de Francia el 26 de marzo de 2021

(2) Palacio del Eliseo, sede de la presidencia de la República francesa y residencia oficial del presidente francés.

(*) UNAMIR: Misión de Asistencia de las Nacio- nes Unidas para Ruanda fue una misión de la ONU en Ruanda establecida en octubre de 1993 y disuel- ta en marzo de 1996. Estaba en su fase operativa al comienzo del genocidio tutsi en Ruanda.