Biden continúa a financiar el genocidio

Ya nadie se sorprende: el bombardeo israelí de Gaza ha causado la muerte de ciento ocho periodistas. Asesinatos, en su gran mayoría, deliberados, según una investigación realizada por doce medios de comunicación internacionales, entre ellos el diario Le Monde, periódico que no se le puede sospechar de ser hostil a Israel.

Ya nadie se sorprende: el Comité Internacional de la Cruz Roja denunció el 21 de junio el ataque a uno de sus campos de refugiados en El-Mawasi: al menos veinticinco muertos, reducidos a cenizas por « bolas incendiarias » que alcanzaron a los refugiados, en sus abrigos improvisados, según los supervivientes.

Ya nadie se sorprende… no obstante la Administración Biden acaba de lograr que el Congreso concluyera un nuevo acuerdo de entrega de armas o por valor de 18 000 millones de dólares, que incluye cincuenta aviones de combate F-15. El Washington Post (17 de junio) titula que Biden se ha ganado el apoyo de los congresistas republicanos, así como el de « los demócratas electos, de alto rango que habían aprobado una importante venta de armas a Israel, incluidos los aviones de combate F-15 ». El término « venta » es discutible, ya que todo será pagado por el contribuyente estadounidense.

Esto fue suficiente para incitar a Netanyahu: el 23 de junio, indicó sus próximos objetivos. Además de continuar el genocidio en Gaza – y la expulsión del pueblo palestino de Cisjordania –, anunció que, en cuanto tuviera la « oportunidad de transferir algunas de nuestras fuerzas al norte (…), lo haremos ». Próximo objetivo: Líbano.

Dominique Ferré