Entrevista con Rock Haocas, miembro del Buró Confederal de la Unión Sindical de trabajadores Kanak y de los explotados (USTKE) realizado el 10 de mayo, antes del desencadenamiento en curso de la represión colonia
El 13 de mayo, Macron hizo adoptar por la Asamblea Nacional una ley constitucional que “descongela” el electorado en las elecciones provinciales de Nueva Caledonia, para incluir a decenas de miles de votantes [nuevos residentes -ndlt], originarios de la Francia continental.
El 1 de mayo, en París, cientos de Kanaky se manifestaron junto a trabajadores parisinos contra la descongelación del electorado. ¿Fue histórico?
Como antiguo parisino, manifesté a menudo el 1 de mayo: éramos menos de diez Kanaky… La movilización actual, tanto en el Nueva Caledonia como en Francia, es histórica. El 13 de abril, en Numea, 80 000 personas salieron a la calle en respuesta a una convocatoria de la Célula de Coordinación de las Acciones Territoriales (CCAT), un grupo de personas en su mayoría Kanaky y otras, indignadas por la mano dura del gobierno francés y deseosas de que nuestro país alcance la plena soberanía (hay aproximadamente 115 000 Kanaky de los 270 000 habitantes del archipiélago). Están hartos de que se imponga la política colonial sin tener en cuenta la opinión de la población local, en particular del pueblo colonizado.
El objetivo constante es que el pueblo Kanaky sea minoritario en su propio país…
Recordemos algunos hechos. Antes de que Francia tomara posesión de la isla en 1853, y sobre todo antes de la presencia de los europeos, había más de 400 000 Kanaky. En 1920, cuando se hizo el primer censo, ¡sólo había 20 000! Sometidos al Código del indigenado, la colonización lograda a través de los asentamientos de colonos, los Kanaky fueron confinados en reservas. Después de que se nos concediera el derecho al voto en 1946, los representantes Kanaky, electos, se convirtieron poco a poco en la mayoría en las instituciones locales. Pero, con el auge del Níquel en los años 1970, Messmer, el Primer ministro francés, [ligado Charles de Gaulle -ndlt] decidió, en una Carta de 1972, organizar “la migración masiva de ciudadanos franceses de la Francia continental” para “evitar el peligro” de “reivindicaciones nacionalistas de las poblaciones autóctonas”. Por nuestra parte, nuestros antepasados reconocieron en 1983 que las poblaciones no Kanaky asentadas en la isla eran “víctimas de la historia” y que debían tener los mismos derechos que los Kanaky en un país independiente.
El gobierno afirma que liberar al electorado es “democrático”…
Después del asesinato de diecinueve militantes Kanaky en Ouvéa, por el ejército francés (mayo de 1988), y luego el Acuerdo de Numea en 1998, los acuerdos firmados con el gobierno francés congelaron el electorado (congelación confirmada por el presidente Chirac en 2007 mediante una ley constitucional) y previeron la organización de referendos sobre el acceso a la soberanía. Los dos primeros referendos (en 2018 y 2020) demostraron que el número de partidarios de la independencia sigue creciendo. Cuando en 2021, en pleno luto tras la epidemia de Covid, los Kanaky pidieron el aplazamiento del tercer referéndum, el ministro Lecornu objetó: “En democracia, las elecciones se celebran a tiempo”. Hoy, Macron y Darmanin, ministro del Interior, aplazan las elecciones provinciales para impulsar un nuevo proyecto de ley constitucional que descongele el cuerpo electoral, de modo que las instituciones locales estén a la entera disposición del gobierno francés… en nombre de la “democracia”. Pero, ¿qué tipo de democracia en un contexto colonial?
Si Macron está tan decidido, es evidentemente por el control del Níquel, pero ¿también para preservar la base militar francesa?
El Níquel es una fuente de gran riqueza y una industria reactivada por el desarrollo de las baterías eléctricas. Pero también hay una militarización del país. De Gaulle decía: “Francia no tiene amigos, sólo intereses”. Por lo tanto, son los intereses del Estado francés, no los nuestros. Sin cesar nos repiten: “Cuidado con China: si ustedes son independientes, perderán la protección de Francia”. Se diría que tenemos que dar las gracias por colonizarnos para protegernos de China.
¿Cuál es el lugar especial de la USTKE?
Desde su creación, la USTKE ha formado parte de la lucha anticolonial. Decimos que el sistema que coloniza al pueblo Kanaky es el mismo que explota a los trabajadores. La lucha de clases va de la mano de la lucha anticolonial. No hay más que ver el comportamiento de algunos patrones. Y la extrema dificultad que tienen los Kanaky para acceder a puestos de responsabilidad. USTKE es también una fuerza de proposición: con los partidos independentistas, permitimos la creación de la fábrica del Norte, participamos en la lucha para preservar la fábrica del Sur y apoyamos a los empleados amenazados tras esta movilización. Además, muchos Kanaky trabajan en las tribus, no es un trabajo asalariado: trabajan en el campo, la pesca, la agricultura de subsistencia… pero sufren igualmente las consecuencias de este sistema. “Fábricas, tribus: ¡la misma batalla! Hoy, la lucha va más allá del marco político; hay un despertar social, pero sobre todo un despertar popular.
Entrevista realizada el 10 de mayo por Dominique Ferré.
