URGENT

MEXICO Las empresas han violado constantemente órdenes ejecutivas que ordenan el cierre de operaciones no esenciales, basándose en la presión internacional de los Estados Unidos

Reporte n° 7MEXICO

Autores: Liliana Plumeda y Juan Carlos Vargas, Miembros de la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores
28 de diciembre de 2020

1/ ¿Cuáles son las consecuencias de la crisis sanitaria para la población -muy par­ticularmente para la clase obrera? ¿Qué efecto ha tenido el covid–19 sobre el em­pleo? ¿Cuántos empleos se han perdido?:

Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, el acumulado de pérdidas de empleo formal desde el mes de marzo hasta finales de noviembre es de un millón 113 mil 677, pero esta cifra está por debajo de la rea­lidad, debido a que solo registra los empleos formales en el sector privado, no toma en cuenta  a aquellos trabajadores que laboran de manera ilegal sin alta en el seguro social, ni a los trabajadores del llamado sector infor­mal que representan el 60 % de la población ocupada de acuerdo con el INEGI (instituto Nacional de Estadística Geografía e Infor­mación).

El sector informal, es decir de los trabaja­dores precarios sin derechos ni organización, es el que ha sufrido el impacto más grande en relación al covid, en particular por las medi­das de distanciamiento social y cierre de la actividad económica de estos sectores.

En el sector estatal, no se dieron despidos en los sectores sindicalizados, pero se dio una reducción de contratación temporal, trabajo por honorarios o subcontratación, que es una forma de contratación muy difundida en el gobierno, en particular en áreas como limpie­za y seguridad.

En relación con el PIB, se espera una contracción de alrededor del 12 % anual, y la inflación se ha mantenido estable en 4 %, debido en gran medida a la reducción de los precios del combustible incentivados por el gobierno federal.

2/ ¿Qué cifras están disponibles concerniendo el número de muertos de los trabajadores en general y muy particularmente a los trabajadores de “primera fila”, incluyendo a los doctores y otro personal hospitalario?

México es el cuarto lugar mun­dial en número de defunciones por la pandemia y es el país número 13 en número de enfermos a causa del virus Sars-Cov-2, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.

Para el 31 de diciembre el acumu­lado de infectados fue de un millón 426 mil 94, cifras oficiales presentadas por la Secretaría de Salud, pero este dato de acuerdo con la metodología ocupada es solo una aproximación; solo mide a quienes acuden a el sector salud a realizarse la prueba (mayor­mente con síntomas moderados o graves) miles de trabajadores no son detectados por la falta de aplicación de pruebas generalizadas, miles más se niegan a hacerse la prueba por falta de recursos, otros por temor a saber que están infectados (circulan muchos rumores en redes sociales incentivan­do a no acudir a los servicios de salud y se alimentan de la desconfianza en los sistemas de salud), o desconoci­miento del procedimiento.

El número de muertes oficiales a nivel nacional es de 125 mil 807, que se han acelerado en las últimas sema­nas, a causa del invierno y del aumen­to de la tasa de contagios del segundo repunte.

Autoridades de Salud también infor­maron que al 21 de diciembre había 1,884 muertes en personal de Salud. En lo que va de la epidemia, se han confirmado 140 mil 196 casos de contagio entre el personal sanitario, principalmente en la capital del país y en el Estado de México. Se estima que 3,362 (un 2 %) son casos activos. Las enfermeras y enfermeros son el sector más afectado, con 41 % de los casos, seguido de otros trabajadores de la salud, con 29 %; médicas y médicos, con 26 %; laboratoristas, 2 %; y odon­tólogos, con un 1%.

Un sector que ha sido golpeado fuertemente son los trabajadores de la maquiladora, particularmente en la frontera norte, donde las cifras de muertos en estas fábricas se cuentan por centenas, tan solo en la ciudad de Tijuana en los primeros meses (mayo) se dio a conocer que más de 500 traba­jadores de la maquila habían muerto por complicaciones del covid, lo mis­mo ha sucedido en Ciudad Juárez y Matamoros. En el caso de la industria automotriz existe denuncias de sindi­calistas independientes respecto a que las condiciones de retorno al trabajo no son las adecuadas y esto ha deriva­do en decenas de muertos, especial­mente en las plantas del centro del país.

3/ ¿Qué medidas fueron o no fue­ron tomadas por el gobierno para enfrentar la pandemia? ¿Los patro­nes y los gobiernos impusieron re­ducciones de salarios?:

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador instaló estado de emergencia sanitaria y realizó dos decretos presidenciales con la orden del cierre de las actividades no esen­ciales, el resguardo de la población más vulnerable (mayores de 60 años, enfermos crónicos) y la garantía del cobro de salario íntegro por un mes para todos los trabajadores de empre­sas no esenciales.

En el ámbito estatal, se redujeron las actividades gubernamentales al mínimo y se envió a resguardo a la gran parte de los trabajadores burócra­tas. Las actividades educativas se sus­pendieron de manera presencial y se han realizado a través de modalidad a distancia por canales de Televisión.

Pero las empresas han violado de manera sistemática estos decretos, acompañadas por la presión interna­cional de EUA y de las casas matrices, se han organizado para obligar a los gobiernos locales y federales a reclasi­ficar a las maquiladoras como empre­sas esenciales, argumentando que son parte de las cadenas de suministro en EUA, amparados bajo las nuevas figu­ras legales del TMEC (Tratado de Liber Comercio México-EUA-Canadá).

En muchas empresas se ha produ­cido la rebaja de salarios, en ocasiones con la complicidad de las direcciones sindicales “charras”[1] que hacen pasar acuerdos de reducción de salario tem­poral que van desde del 25% al 45%, en otros casos se pide a los trabajado­res que los días de licencia o vacacio­nes sean contabilizados como parte del resguardo en casa, o se les ha pedido la renuncia voluntaria con la promesa de recontratación después de la pandemia.

La reapertura de la economía en muchos sentidos también ha avalado los despidos, por ejemplo en las zonas en “semáforo naranja” se permite que se opere solo entre el 30% y 50% de la capacidad, lo que legitima el despido de los trabajadores “sobrantes”

4/ ¿Cuáles son los nuevos ataques lanzados contra los derechos obreros y la democracia por los patrones y los gobiernos durante este año apro­vechándose de este año de pandemia?

Muchas grandes empresas han contravenido el llamado al distancia­miento social o al cierre de actividades no esenciales, exponiendo a sus traba­jadores al contagio, la enfermedad y la muerte. En las últimas semanas se ha denunciado que parte de las empresas no reconocen al covid-SARS-2 como “enfermedad de trabajo” que implica el pago íntegro del salario durante la licencia, clasificando estos casos como enfermedad general[2].

Las cámaras empresariales han exigido en todo momento un plan de salvamento financiero, pero el gobier­no no ha accedido a realizarlo como en otros países. Andrés Manuel López Obrador no ha aprobado un paquete de apoyo directo a las grandes empresas, por el contra­rio, ha otorgado créditos a fondo per­dido a pequeños comercian­tes y conti­nuado con el reparto de dinero en efec­tivo de los programas sociales. Pero, si ha dado apoyo a algunos sec­tores bur­gueses por otras vías, como lo ha sido la entrega de 500 millones de pesos a las televisoras privadas para imple­mentar la educación a distancia, que es producida y realizada por el sector público, quien absorbe los gas­tos de ello, pero es trasmitida a través de los canales privados que habilitaron señales extra, a pesar de que el Estado tiene canales propios y la facultad de abrir más señales.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en gran medida pre­sionado por la firma del T MEC, ha impulsado una serie de refor­mas legales en el ámbito laboral, que permiten la libre sindicalización y la trasformación de la justicia laboral; la pandemia ha sido el pretexto perfecto para no implemen­tarlas. En los últimos meses el gobiern­o ha otorgado la reno­vación del reco­nocimiento legal (toma de nota) a las direcciones sindicales corporativas, mientras que se lo ha negado a los sindicatos independientes y democrá­ticos o se han puesto requi­sitos extras para ello, como sucedió con el Sindi­cato Mexicano de Electri­cistas; diver­sos conflictos laborales se han desata­do en la pandemia y la res­puesta del gobierno en favor de los tra­bajadores es nula como sucedió con las huelgas universitarias o la huelga de los traba­jadores de la agencia de noticias del estado mexicano NOTIMEX que ha durado más de 315 días.

Un caso particular que muestra la agudización de la lucha de clases en estos momentos de pandemia es la represión que se incrementado en contra de los trabajadores que se mani­fiestan en contra de las condiciones derivadas del covid.

Los primeros meses de la contin­gencia fueron aprovechados por los gobiernos de los estados fronterizos de Chihuahua y Tamaulipas para encar­celar a la abogada Susana Prieto, asesora legal del movimiento 20/32 (huelgas de 70 mil trabajadores de la maquila en 2019) acusándola de daños y amenazas contra funcionarios públi­cos, valiéndose del miedo a la enfer­medad para evitar una reacción de los trabajadores en favor de Susana y dar un golpe al SNITIS (sindicato construi­do como resultado de las huelgas), semanas después también miembros de la dirección del sindicato fueron secuestrados y amenazados.

Afortunadamente la movilización y acción solidaria en muchas partes de país, en EUA y en el mundo (del que formó parte la acción del COI), logró presionar para liberar a la Licenciada Susana Prieto, aunque su proceso jurí­dico continúa.

En la industria automotriz decenas de trabajadores han sido despedidos al protestar por las condiciones de tra­bajo, actualmente se prepara una jor­nada el próximo 21 de enero para exi­gir la reinstalación de cuatro dirigentes sindicales independientes.

5/ Desde hace muchos años el número de trabajadores del sector informal aumentan sin cesar. El combate contra el trabajo precario debe conducir al movimiento obrero a reflexionar sobre la organización de estos trabajadores. Los trabaja­dores del sector informal han paga­do un enorme tributo con la crisis sanitaria. ¿Cuál es su situación desde 2020? ¿Qué reacciones ha provoca­do esto?

Como consecuencia de las políticas de Libre Comercio y desreglamenta­ción, los precarios se han vuelto la mayoría de la clase trabajadora en México. Sin derecho a la organización sindical, contratados a través de “Out­sorcing”, por tiempo delimitado o por obra como “profesionales indepen­dientes”, los trabajadores en todos los sectores se enfrentan a la violación de sus derechos más elementales.

No es solo en el sector privado don­de se observa esta realidad, el propio estado mexicano, siguiendo las políti­cas de privatización, es el mayor sub­contratador en el país, desde trabaja­dores especializados del sector energé­tico en petróleo y electricidad hasta trabajadores de limpieza en las ofici­nas públicas que trabajan sin derecho a contrato definitivo o sindicalización. La mayoría de las direcciones sindica­les de los sectores públicos han renun­ciado a incorporar a estos trabajadores a sus organizaciones, siendo cómplices de la precarización.

Los jóvenes son el sector más afec­tado por la precariedad, en la mayoría de las negociaciones colectivas son la moneda de cambio entre patrones y direcciones sindicales, al pactar que las reestructuraciones de las empresas solo afectaran a los nuevos empleados, empeñan el futuro de los jóvenes y destruyen los contratos colectivos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha lanzado una inicia­tiva de ley para prohibir el outsourcing, que pese a ser muy limi­tada, (solo afecta­ría a las empresas dedicadas a esta labor y se ha interpre­tado como una reforma para perfeccio­nar su acción en un marco legal), la respuesta empresa­rial ha sido muy dura, descalificándola por completo y amenazando con la pérdida de 200 mil empleos tras su aprobación. Dentro de las filas de su propio partido el presi­dente, se ha enfrentado con la oposi­ción de varios legisladores, quienes, junto con las cámaras patronales, las principales centrales sindicales y los secretarios de estado han acordado congelarla y discutirla hasta el 2021.

La pandemia ha puesto en eviden­cia también la explotación a la que se enfrentan los trabajadores de aplica­ciones electrónicas, en su mayoría jóvenes, a quienes se les ha vendido la idea del “autoempleo”, “ser tu propio patrón” o “un emprendedor”. Sin se­guridad social, sin un salario de base, miles de jóvenes arriesgan su vida en las aplicaciones de reparto, sin respon­sabilidad alguna para el patrón. Es en este sector donde ha comenzado la resistencia y se han dado algunas ma­nifestaciones de descontento e intentos de organización para que se reconozca la relación de Trabajo.

Otro sector donde comienza una organización es en el ámbito de los profesores de la educación privada, que han comenzado a construir un sindicato.

6/ Las mujeres trabajadoras, igualmente se han visto particular­mente afectadas. Son las primeras a perder sus empleos, las últimas a regresar a la empresa cuando estas abren nuevamente sus puertas. Ellas tienen a su cargo el cuidado de los niños privados de escuela. Las vio­lencias conyugales aumentan con el aislamiento social. ¿De qué manera se manifiesta esta situación?, ¿Qué movilizaciones ha habido para hacer valer los derechos de las mujeres trabajadoras?:

Jóvenes estudiantes: hasta antes de la pandemia, 6 de cada 10 personas sin educación eran mujeres entre la población de 15 años y más; ahora, tras el confinamiento y la pérdida de los espacios educativos presenciales, el futuro educativo de muchas adoles­centes y jóvenes que cursan bachille­rato y universidad está en riesgo, debi­do a la carga de las tareas domésticas así como el cuidado de los niños pequeños y el rol de tutoras para las clases a distancia de los niños en casa, dicho rol que a las hermanas o tías jóvenes se impone en detrimento de su avance académico. A esto se suma el precario acceso a la tecnología o el internet que se tiene en el país (y que afecta tanto a hombres como mujeres de clase trabajadora); habiendo casos donde solo se tiene una computadora para todos en la casa y usualmente las mujeres jóvenes se ven obligadas cultu­ralmente a ceder su tiempo de uso a sus familiares, lo que disminuye el tiempo que pueden dedicar a sus acti­vidades escolares.

La cuarentena implicó una mayor carga de trabajo para todas las mujeres sin importar su edad (las estadísticas mencionan que las niñas desde los 5-6 años son incluidas en la obligatoriedad de contribuir a las faenas domésticas, así como el cuidado y enseñanza de los más pequeños), siendo nosotras las encargadas del trabajo doméstico, del cuidado de niños y adultos mayores, todas estas, tareas que no son recono­cidas como trabajo. Esto no es menor, ya que el valor económico del trabajo no remunerado en el ámbito doméstico y de cuidados representa poco menos del 24 % del PIB de México, lo que supone un ahorro gigante para el sis­tema capitalista.

Otra área que se carga sobre las espaldas de las mujeres y niñas de clase obrera es el cuidado de la salud de la familia y de los enfermos, princi­palmente los de covid que, de acuerdo con las cifras del Sector Salud en México, las mujeres aportan el 70.3 % del valor económico equivalente del trabajo no remunerado en el cuidado de la salud.

Empleo: El cisma que abrió la pandemia de covid-19 en el mercado laboral mexicano abultó las desigual­dades para las mujeres, según lo apor­tado por las Estadísticas Sociodemo­gráficas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En julio 2020 había 3 millones de mujeres ocupadas menos que en el mismo mes de 2019. Las desempleadas pasaron de 800 mil a un millón 200 mil y las no ocupadas de 27 millones 300 mil a 30 millones 500 mil en el mismo lapso de un año.

Es decir, a una desigualdad que ya existía, siguió la pandemia de covid-19 que ha limitado más el regreso de las mujeres al mercado laboral mexi­cano, debido a que éstas se empleaban sobre todo en actividades que no fue­ron consideradas como esenciales ade­más de que los empleos precarios y de teletrabajo tienen un índice de femeni­zación mayor que el de los empleos formales, por lo tanto, las cifras ofi­ciales calculan que la recuperación será más lenta de sectores en los que las mujeres han conseguido más espa­cios de trabajo.

Mientras se reducen los ingresos laborales, se ha dado un aumento en el trabajo doméstico no remunerado y de cuidados. En el segundo trimestre de 2019, en promedio, las mujeres dedi­caron 19.4 horas a ellos y los hombres 9.7 horas. En abril de 2020, las muje­res reportaron 25.7 horas.

Violencia: Mientras la mayoría de las víctimas de muertes violentas en la calle son hombres, las mujeres son asesinadas en sus hogares según las estadísticas oficiales, aun antes del covid; lo único que ha sucedido en el confinamiento es que las cifras de denuncias de violencia se dispararon, así como las solicitudes para ingresar a los albergues de familias, los cuales son insuficientes y en vez de aumentar el dinero estatal destinado a estos, se ha visto disminuido.

Maternidad: Los niños están en casa confinados, debido al cierre de guarderías y escuelas. Las madres tra­bajadoras se han visto en la disyuntiva de dejar de trabajar, dejarlos al cuida­do de las niñas mayores de la familia o pagar por servicios privados de estan­cias infantiles. Cuando debería de per­mitirse que las mujeres puedan tener su salario íntegro y poder tener permi­so de estar en casa mientras las condi­ciones no permitan abrirlas estancias.

Movilizaciones: Tras el inicio de la pandemia comenzaron a ser más visi­bles los feminicidios y la violencia doméstica, debido a ello, sectores de mujeres comenzaron a movilizarse en varias ciudades del país en un momen­to en donde hasta las centrales sindica­les se han inmovilizado con el argu­mento del resguardo por covid19; estas movilizaciones pequeñas, desorgani­zadas, han sido objeto de una brutal y desproporcionada represión, una de las más extremas se dio el pasado 9 de noviembre en la ciudad de Cancún donde se abrió fuego contra una mani­festación pacífica que se movilizaba por el esclarecimiento del más reciente feminicidio en la ciudad. Los gobier­nos federal, estatales y municipales, a pesar de mostrar “rostro femenino”[3] han negado o minimizado la cuestión, aprovechando la desmovilización pro­vocada por el covid; antes del confina­miento, se movilizaban mujeres con tan solo un caso que se reportara en las noticias locales de feminicidio, ante esto, nosotros alzamos la voz desde la perspectiva de clase, ya que el femi­nismo burgués ha acaparado los medios de comunicación con su postura ante estos hechos y las posiciones radica­les/separatistas los medios informales o redes sociales que han atraído a mu­jeres jóvenes de clase obrera en un inicio y después se alejan del movi­miento al no sentirse representadas por sus consignas; es por esta razón, que estamos participando y reclamando el derecho a plantear nuestra posición con la LCI ante lo que sucede en México.

7/ Con las nuevas tecnologías los capitalistas dislocan las relaciones de trabajo, reestructurando, despi­diendo ¿Qué efectos tiene esto y cuáles son las amenazas que pesan durante el próximo periodo sobre las relaciones de trabajo?

Además de los despidos y la reduc­ción de salario, el teletrabajo ha sido una de las nuevas formas en que el sis­tema capitalista ha aprovechado la pan­demia para aumentar la explotación.

El teletrabajo ha implicado una doble explotación para los trabajado­res, el costo de las herramientas tecno­lógicas ha recaído sobre los trabajado­res, la compra de papelería, insumos, de computadoras o de teléfonos celu­lares de gama media o alta, además del pago del aumento de las facturas de energía eléctrica, agua e internet.

Esta modalidad de trabajo facilita el aumento de la extracción de plus­valía absoluta al eliminar en gran medi­da los horarios de trabajo y sustituirlos por metas de producción o cumpli­miento de proyectos en plazos delimi­tados por fuera de la jornada pactada.

Por otra parte, en el ámbito de las empresas privadas, ha facilitado el despido y la concentración de labores en solo algunos trabajadores asilados, la dispersión de la clase trabajadora y su conversión en individuos aislados dificulta la organización gremial y la comunicación entre los trabajadores, lo que facilita esta injusta repartición de la materia de trabajo.

A esto debe sumarse que las condi­ciones de trabajo en el hogar son malas, la mayor parte de la clase trabajadora vive en casas de interés social que no rebasan los 60 mt² de construcción, el hacinamiento es una constante en los hogares lo que ha aumentado el estrés y la violencia doméstica.

8/ ¿Cuál ha sido la posición de las organizaciones obreras y de sus di­recciones durante este periodo? ¿Cuáles han sido las reivindicacio­nes? ¿Cuál ha sido su actitud en lo que concierne los planes de los pa­trones y de los gobiernos?:

La mayoría de las organizaciones sindicales están corporativizadas, las grandes centrales han apoyado el accionar de las cámaras empresariales, aprobado los paros técnicos y reduc­ciones de salario, sin consulta a las bases.

Sin embargo, la resistencia se expresa, un ejemplo de ello son las centenas de trabajadores de la salud quienes se han expresado a través de pequeñas manifestaciones en las calles o demostraciones de descontento por las condiciones de trabajo en hospita­les a través de pancartas, en las venta­nas de los hospitales o en las redes sociales, en particular se manifiestan por el desbasto de material para el ma­nejo de los enfermos, el atraso en el pago y la corrupción en el sistema de salud.

Los miembros del Sindicato Nacio­nal Independiente de maquiladoras SNITIS MOM 20/32, han mantenido un movilización constante y denuncia­do la violación de las condiciones de higiene y seguridad en las empresas maquiladoras del noreste del país. Como ya se describió líneas arriba la movilización por la liberación de su asesora Susana Prieto ha sido un ejem­plo de que es posible accionar solida­riamente a pesar de las condiciones de la pandemia.

Otro sector que ha salido a la calle, aunque de manera limitada, han sido los profesores quienes rechazan los planes de educación a distancia y han reiniciado la movilización por la abro­gación total de la reforma educativa privatizadora, que solo ha cancelado de manera parcial el actual gobierno. Varios sectores del magisterio se movi­lizan por demandas concretas como la basificación, el pago de salarios a profesores interinos, la contratación de estudiantes egresados de las Escuelas Normales (escuelas para maestros), contra el cierre de escuelas.

Los trabajadores del Sindicato Mexi­cano de Electricistas, también se han movilizado por el reconocimiento de su dirección sindical, en contra de la represión y encarcelamientos que han sufrido en los últimos meses y levan­tan de nuevo la consigna de la renacio­nalización de la industria eléctrica, que pone en el centro la abrogación de la reforma energética aprobada durante el gobierno de Peña Nieto.

Por su parte la Nueva Central de Trabajadores (aunque minoritaria, aglutina a diversos sindicatos y coope­rativas), ha lanzado diversos llama­mientos a la movilización y posiciona­mientos con relación a las iniciativas presidenciales. En particular acaba de aprobar en su Consejo Político Nacio­nal, el impulso a la realización de una consulta popular nacional por la prohi­bición del “outsourcing”, una consulta en la cual se busca que millones de trabajadores se manifiesten a través del voto para exigir al presidente y al Congreso ir a fondo en la eliminación de esta forma de explotación.

Es difícil concentrar los diversos elementos de la pandemia en la clase trabajadora, y este informe es solo un bosquejo de lo más relevante. Espera­mos aporte a la discusión internacional y a la preparación de la Conferencia Mundial Contra la Guerra y la Explo­tación por la Internacional Obrera.


[1]
            Que colaboran con la empresa, o que son creadas por la empresa a partir de presta­nombres para hacerlas parecer legales e independientes.

[2]
            Para los trabajadores que cuentan con seguridad social en México, cuando se otorga una licencia por enfermedad general, solo se accede al 60 % del salario a partir del 4to dia de licencia otorgada.

[3]
                  Uno de los elementos mas comentados al inicio del gobierno de López Obrador en México fue que se pusieron al mando de las secretarías más importantes a mujeres, asimis­mo, se exigió que en las gubernatu­ras, en el senado y en las alcaldías se tu­viera un 50% de representación femenina.
 

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